La Secretaría de Energía formalizó una nueva suba del gas en el PIST, que regirá desde enero de 2026. El ajuste impactará en las tarifas finales y se inscribe en el proceso oficial de reordenamiento de precios y subsidios del sector energético.
El Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) es el precio mayorista del gas natural que pagan las distribuidoras a los productores. Se trata del primer eslabón de la cadena tarifaria y representa uno de los componentes más relevantes de la factura que abonan hogares y comercios.
A ese valor luego se le suman los costos de transporte, distribución, impuestos nacionales y provinciales, por lo que cualquier modificación del PIST tiene un efecto directo y prácticamente automático sobre el monto final que llega a los usuarios.
La suba quedó establecida en la Resolución 605/2025, publicada este lunes en el Boletín Oficial y firmada por la secretaria de Energía, María Carmen Tettamanti. Según el texto, la medida responde a una instrucción del Ministerio de Economía para sostener un sendero de adecuación gradual de precios.
Desde el Gobierno remarcan que el ajuste se da en un escenario de desaceleración inflacionaria, con el objetivo de evitar atrasos tarifarios que, en experiencias anteriores, derivaron en un fuerte incremento del gasto en subsidios energéticos y en distorsiones de precios relativos dentro de la economía.
El impacto del nuevo valor del gas dependerá de la categoría de cada usuario dentro del esquema de segmentación vigente.
Los usuarios de Nivel 1, considerados de mayores ingresos, continuarán pagando el costo pleno del servicio, sin subsidios.
En tanto, los usuarios de Nivel 2 y Nivel 3 mantienen bonificaciones sobre un volumen determinado de consumo, aunque cualquier excedente se factura a precio mayorista, sensiblemente más alto.
Este esquema fue diseñado para focalizar la asistencia estatal en los sectores más vulnerables y reducir el peso de los subsidios en las cuentas públicas, uno de los objetivos centrales del programa económico.
La actualización del PIST no es una medida aislada. Forma parte de una estrategia más amplia orientada a ordenar el sistema energético, mejorar la señal de precios para productores y consumidores, y reducir el déficit asociado a los subsidios, que durante años fue uno de los principales factores de presión sobre el gasto público.
Desde el punto de vista del sector, mantener precios mayoristas más alineados con los costos reales también busca incentivar inversiones en producción de gas, especialmente en yacimientos no convencionales, y reducir la dependencia de importaciones en los picos de demanda.
Aunque la segmentación continúa vigente, en el propio ámbito oficial reconocen que tiene los días contados. La intención del Gobierno es avanzar hacia un sistema más simple, con subsidios directos y focalizados, y tarifas que reflejen con mayor claridad el costo real del servicio.
En ese marco, la suba del PIST aparece como un paso intermedio dentro de un proceso más profundo de transformación del esquema tarifario, cuyo impacto pleno comenzará a sentirse a partir de 2026.