Diferentes mediciones vienen marcando un aumento de precios menor a la semana anterior, al menos hace 4 semanas. Calculan que enero cerrará cerca del 20%.
Los últimos datos de inflación correspondientes a la tercera semana de enero revelan una tendencia a la desaceleración en el aumento de precios, confirmando una marcada disminución que se viene observando desde el inicio del año. Este fenómeno sugiere que el índice inflacionario estará considerablemente por debajo del pico registrado en diciembre, que alcanzó el 25,5%.
Una de las consultoras que anticipó esta desaceleración es Econométrica, dirigida por Ramiro Castiñeira. Según sus estimaciones, los alimentos y bebidas experimentaron un aumento del 3,1% durante la última semana, marcando un incremento acumulado del 13,9% en las últimas cuatro semanas.
OJF & Asociados, bajo la dirección de Fausto Spotorno, también calculó una desaceleración con un aumento del 1,4% en la tercera semana, acumulando un 15,4% en tres semanas. Estiman que la inflación mensual podría rondar el 20%, destacando que este fue el dato semanal más bajo en cuatro meses.
Por otro lado, Eco Go, dirigida por Marina Dal Poggetto, pronosticó un aumento mayor del 3,8% en alimentos y bebidas durante la tercera semana, aunque la variación en las últimas cuatro semanas muestra la misma tendencia a la desaceleración, arrojando un 15,7%.
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En general, las proyecciones para la inflación de enero rondan poco más del 20%, siendo 10 puntos correspondientes al arrastre de diciembre. Según Castiñeira, la desaceleración, especialmente en alimentos, se debe a la decisión del equipo económico de mantener el dólar oficial estable, con un ajuste mensual del 2%, a costa de un aumento en la brecha cambiaria hasta el 50%.
Sin embargo, existe incertidumbre sobre la sostenibilidad de esta reducción inflacionaria. La expectativa de los inversores, reflejada en los futuros del dólar en Rofex, sugiere una aceleración del ajuste cambiario recién en marzo, del orden del 10%. Esto implica que febrero mantendría la política actual de mantener el tipo de cambio estabilizado.
Febrero, con estacionalidad baja, podría ver una inflación cercana al 22,5%, pero marzo presenta desafíos adicionales, incluyendo el inicio de clases, cambio de temporada en vestimenta, Semana Santa y posiblemente un ajuste cambiario más pronunciado.
Fuente: Infobae