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Economía Dólares

Preocupación por la caída en las reservas del BCRA

En la actualidad las reservas brutas del Banco Central rondan los u$s42.500 millones. Pero esta cifra incluye distintos conceptos que en realidad no están enteramente disponibles, como son los encajes de los depósitos en dólares.

Miercoles, 16 de Setiembre de 2020
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En la actualidad las reservas brutas del Banco Central rondan los u$s42.500 millones. Pero esta cifra incluye distintos conceptos que en realidad no están enteramente disponibles, como son los encajes de los depósitos en dólares. Así, las reservas líquidas rondan los 7.000 millones, según pxq. Sin embargo, pxq aclara que esta forma de medir la capacidad de intervención de la autoridad monetaria no contempla que el swap con China puede gatillarse en el momento en el que el BCRA lo decida y, posteriormente a su ejecución, se cuenta con 1 año para reponer el monto utilizado

Con todo, los números muestran que el Banco Central perdió en agosto 1.300 millones y en septiembre se estima que se produciría una caída semejante. De a 1.300 millones de dólares por mes de drenaje, la situación no sería sostenible por mucho más que tres a cuatro meses, según los expertos.

Sin acceso al financiamiento internacional y con las inversiones extranjeras ausentes, la única fuente de dólares es el superávit en el comercio exterior. Pero el saldo tenderá a reducirse.

Excedente comercial

El excedente comercial – se proyecta en u$s18.000 millones para el año - se logra fundamentalmente por la caída de las importaciones. Las compras externas se derrumbaron a menos de 3.000 millones de dólares en abril pasado, en el pico de la recesión, pero como la actividad se va recomponiendo, ya alcanzan a 3.500 millones de dólares (a esta altura del año pasado se ubicaban en torno de los u$s4.000 a 4.500 millones mensuales).

Dada la brecha entre el dólar oficial y sus versiones alternativas (contado con liquidación, blue) – del orden de 60% - y la expectativa de una devaluación mayor en el tipo de cambio oficial, los exportadores tienden a retrasar la liquidación de las divisas mientras que los importadores, por el contrario, hacen todo lo posible por conseguir dólares a la cotización oficial para pagar al exterior. También se apuran quienes tienen que atender deudas en moneda dura (unos 500 millones de dólares por mes).

Restricciones

Para frenar la sangría, el Gobierno intentó distintas respuestas. Se establecieron restricciones al acceso de divisas a la cotización oficial para importadores y para quienes tenían compromisos financieros con el exterior. Y las limitaciones abarcan, sostienen las empresas, a todo el espectro productivo, desde electrónica a químicos.

Las áreas de comercio exterior de las compañías que importan se quejan de las demoras, superiores a los 60 días, en que incurren las autoridades en la autorización de las licencias no automáticas. En otros casos, como dicen que sucede con los proveedores de insumos para la salud, consiguen la autorización para importar pero no logran que el Banco Central les gire los dólares dificultado incluso y según denuncian, la atención de compras realizadas por el propio Estado.

Las autoridades argumentan que es necesario controlar la importación para generar trabajo nacional y apuntalar la reactivación. Y han tomado medidas en ese sentido, como el plan para sustituir importaciones en el sector automotor. Así, se puso freno a la compra de vehículos en el exterior y se implementaron medidas de estímulo a los autopartistas para que reemplacen los repuestos de origen extranjero. El problema es que estos cambios llevan más tiempo del que pueden duras las divisas si sigue la fuga en los actuales niveles.

Incentivos

La última medida que tomó la autoridad monetaria fue el jueves pasado cuando posibilitó que los bancos puedan ofrecer depósitos a plazo ajustados por la evolución de la cotización oficial del tipo de cambio, conocidos como dólar linked, y otorgar a su vez préstamos a empresas exportadoras.

Una nueva opción en pesos favorece el ahorro en moneda nacional. A su vez, brinda seguridad a los importadores para cubrirse por sus compras en el exterior, como así también posibilita ampliar el crédito a los exportadores. Pero difícilmente evite que los que pueden comprar dólar ahorro a unos 100 pesos y venderlo en el blue a 130 dejen de hacerlo, señalan en el mercado.

Desde el Banco Central se señala que el dólar oficial no está atrasado porque se encuentra en el promedio histórico. En efecto, los 75 pesos aproximadamente en el que se encuentra el tipo de cambio oficial coincide con el promedio real (descontada la inflación) del período 1997-2020.

Pero algunos economistas afirman que el error pasa por considerar como adecuado el dólar promedio del pasado, cuando en realidad la Argentina sin crédito externo y con una limitada capacidad exportadora, necesita de un dólar más alto que el que indica la historia.

La explicación más evidente, para quienes opinan de esta manera, es que a medida que la situación se vaya normalizando, las importaciones serían mayores como así también los gastos en turismo, comprometiendo el excedente comercial que el país necesita para hacer frente a los compromisos financieros.

Tanto el ministro de Economía, Martín Guzmán, como la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca, en declaraciones a Ámbito, negaron que el Gobierno esté pensando en endurecer el cepo o desdoblar el mercado de cambios.

En medios del mercado se cree que la munición que utilizará ahora la autoridad monetaria consistirá en intervenir en el mercado de contado con liquidación vendiendo los títulos que el Banco Central tiene en su poder, apuntando de esta forma a reducir la brecha con el dólar oficial. No obstante, operadores dudan de la eficacia de esta medida en el tiempo. Algunos hasta creen que tal vez trate de sacar un as de la manga; solicitar al Fondo Monetario Internacional un desembolso de efectivo.

En el Ministerio de Economía, en tanto, se confía en que las expectativas de los operadores tiendan a calmarse tras la renegociación de la deuda externa y las señales que la conducción oficial dará mediante las políticas contenidas en el proyecto de presupuesto para 2021 que muestra "un sendero de consolidación fiscal".

Tiempo

"El mayor problema que enfrenta Argentina es el tiempo: se necesita reconstruir una confianza dinamitada por el pasado reciente y no tan reciente, proceso que necesariamente requiere tiempo y hechos, más que promesas", argumenta pxq.

El tipo de cambio real se encuentra en un nivel suficiente para sostener el superávit de cuenta corriente, sostiene esta consultora y agrega que "el ciclo global parece estar acomodándose de forma favorable para el país, dada la elevada liquidez y la baja tasa de interés internacional. La recuperación de los principales socios comerciales (Brasil, China, EEUU y Europa) será más veloz que la del país, todos factores que contribuyen a apuntalar el resultado comercial de 2021".

Asimismo, en los próximos años los pagos de intereses se redujeron sensiblemente debido el acuerdo con los acreedores externos y la duración de la pandemia probablemente demore la salida de divisas por turismo hasta mediados de 2021.

En definitiva, pxq considera que con estas perspectivas Argentina podría tener un superávit de cuenta corriente en torno a los u$s7.000 millones en 2021. Por esa razón, "el desequilibrio de corto plazo parece tener una naturaleza financiera, antes que económica-comercial".

El informe señala que mientras la brecha se mantenga por encima del 60% las expectativas de devaluación continuaran elevadas, contagiando tanto a la cuenta corriente cambiaria como a la cuenta capital, debido al aumento de la demanda de activos externos y la presión para cancelar deuda externa del sector privado.

"Es por esa razón que el programa de estabilización pos canje de deuda depende de la reducción de la brecha, para la cual un programa económico consistente y la presentación del Presupuesto2021 ayudan pero no alcanzan".

Y concluye que "el mayor desafío para el Gobierno es cómo dejar de perder reservas y "tranquilizar" la economía en el corto plazo, mientras se construye confianza acerca del programa de mediano plazo".