La investigación incluyó a 1.500 personas hipertensas, que se dividieron en dos: el grupo A siguió recibiendo su medicación en forma habitual, es decir, a demanda, mientras que el grupo B tuvo un seguimiento personalizado de los medicamentos que tomaba y mantenía contacto periódico con un agente de salud o integrante del equipo de estudio para asegurar la adherencia al tratamiento.

Los resultados mostraron que el grupo bajo seguimiento personalizado logró un 95,1% de continuidad en el tratamiento, cifra que cayó al 63,2% en aquellos que regularon su terapia por cuenta propia.
Otro de los datos salientes del estudio fue que el grupo de pacientes monitoreados demostró tener un mejor control de su enfermedad y un menor número de eventos cardiovasculares e internaciones hospitalarias a los dos años de seguimiento, con una tasa del 1,1% versus 6,3%.
"El seguimiento por parte del equipo de salud y la dispensación personalizada es crucial para garantizar buenos resultados en el tratamiento de los hipertensos", aseguró Gustavo Marín, uno de los autores del relevamiento.
El investigador señaló que la idea de realizar trabajos de ese tipo es "sumar una mirada crítica al modelo de atención actual, que solo se basa en las personas que llegan a la consulta".
"Es prioritario hacer cambios de base, ya que este tipo de patologías requiere definitivamente un seguimiento por parte del profesional", insistió Marín.
Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (Enfr) que se realizó en 2018, cuatro de cada diez argentinos padecen HTA, principal causa de muerte y discapacidad en el país.