El humorista mendocino Juan Antonio Garay Márquez (68), alias Cacho quedó imputado por abusos sexuales y privación ilegí­tima de libertad en perjuicio de su expareja. Graves acusaciones que podrí­an valerle su paso a la cárcel, sin embargo, recibió el beneficio de la prisión domiciliaria. Los motivos. 

Cualquiera que sigue el caso podrá pensar, basado en otros antecedentes, que Garay zafa inicialmente de ir al penal por ser alguien conocido y famoso, o hasta por su poder adquisitivo. Influencias que otro sospechoso de algún delito habrá utilizado en un determinando momento y que alimentan este imaginario colectivo de que "no va preso porque tiene plata": 

Quien resolvió la situación del comediante fue el doctor Daniel Carniello, uno de los fiscales de la unidad de Violencia de Género y con importante recorrido en la instrucción de causas. El representante del Ministerio Público explicó que esperará el resultado de los estudios y entrevistas que le realizan a la denunciante para determinar la credibilidad de sus dichos, referidos a abusos reiterados y al sometimiento de mantener relaciones sexuales con otros hombres sin su consentimiento, de forma obligada. 

La conclusión de estas pericias pueden demorar entre tres y cuatro meses, y con esos informes podrí­a llegar a cambiar la condición de encierro del sospechoso. O quizás no y siga detenido en un domicilio hasta el juicio en su contra, como el propio Carniello admitió de que en este tipo de causas, en un gran porcentaje, los imputados llegan a debate sin pisar la cárcel y con la presunción de inocencia a pesar de las pruebas que lo complican.

 Imputaciones y pruebas 

Este jueves Cacho Garay sumó las imputaciones de abuso sexual con acceso carnal en un número indeterminado de hechos y privación de la libertad agravada por ser cometida en la persona del cónyuge, todo ello en concurso real y en contexto de violencia de género. Fuertes delitos que se agregan a lo que ya le habí­an endilgado la semana: amenazas agravadas por el uso de arma y por ser en un contexto de violencia de genero y tenencia ilegal de armas de fuego de uso civil 

La tenencia de armas está probada y las mismas fueron halladas durante un allanamiento en su casa, en el que la Policí­a encontró dos escopetas, dos fusiles, una pistola de gas comprimido, un hacha y un machete. Peritaron los rifles y comprobaron que estaban aptos para el disparo, además de que Garay no tení­a la documentación.

En cuanto a los otros hechos por los que que quedó acusado, la fiscalí­a utilizó como pruebas el relato inicial de la ví­ctima-las denuncias-y peritajes fí­sicos que confirmaron la existencia de signos e indicios de haber sufrido abusos.

El caso estalló en Córdoba, luego de una fuerte discusión que mantuvo la pareja en la habitación de un hotel de Carlos Paz en la que estuvieron hospedados durante el fin de semana de Semana Santa. 

Tras la denuncia de la mujer en esa ciudad, ambos regresaron a Mendoza. Ella quedó alojada en un establecimiento de contención para ví­ctimas de violencia de género, mientras que él se fue a la propiedad en la que viví­an, en calle 20 de Septiembre de Luján de Cuyo. 

Allí­ la Policí­a allanó y se llevó detenido al humorista por el hallazgo de armas, aunque recuperó la libertad al dí­a siguiente con la rendición de una fianza de $1.000.000. La Justicia también le ordenó la exclusión del hogar que compartí­a con su ex.