El pasado 24 de julio, Demi Lovato fue internada por sobredosis de fentanilo, un opiáceo sintético 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más que la morfina, y casi pierde su vida. Sin embargo, por esas cosas del destino, la cantante se salvó y actualmente lucha por su adicción a las drogas y al alcohol en una clínica de rehabilitación.

Su círculo intimo responsabilizó al dealer que le vendió los estupefacientes aquella madrugada. Por eso, el joven apareció y negó ser el culpable. 

Fue a través de una comunicación que mantuvo con el portal estadounidense TMZ, donde Brandon Johnson manifestó: "Ella sabía en un 100 por 100 lo que estaba tomando".

"Le dije que eran píldoras de after market… entendió lo que estaba tomando", dijo haciendo referencia a las versiones que aseguraban que Demi no estaba al tanto de lo que estaba consumiendo en ese momento.

Los productos conocidos como los del "After Market" son aquellos que se piden en un horario donde las drogas no son de mejor calidad. 

Al ser consultado por la cronista sobre el vínculo que tiene con la ex "Chica Disney", dijo: "Una amistad sexual".

"Había tenido un largo día… estresante", recordó sobre el día en que ella lo llamó para hacerle el pedido. 

Y luego, continuó: "Estaba un poco borracha, nada fuera de lo común".

"No estoy aquí para lastimar a nadie. Ella me ama", le expresó al cronista.

Sobre el lamentable episodio que le tocó vivir a la joven, sostuvo: "No sé qué había mezclado en las píldoras. Son cosas que pasan, desafortunadamente. Aun fumar puede lastimar a alguien".