También se indicó que para otras zonas de Mendoza y San Juan serán testigo del Zonda, pero de menor magnitud, con intensidades de vientos entre 40 y 60 km/h y con ráfagas que pueden alcanzar los 70 km/h.

Ante este evento meteorológico, el SMN recomendó evitar la inhalación del polvo suspendido en el aire, no generar fuego y evitar el uso de materiales inflamables y aumentar artificialmente la humedad en el interior de las viviendas rociando o regando el piso y paredes.

Todo el norte de Patagonia y parte de Cuyo y del sur de la Región Pampeana se encuentra con alertas de nivel naranja y amarillo por viento; y a medida que un intenso sistema de baja presión avance sobre la cordillera de los Andes, el viento tenderá a incrementarse paulatinamente de oeste hacia este en esta zona del país.

El SMN también alertó por lluvias para el noreste de Santa Cruz, noroeste de Chubut y oeste de Río Negro; y elevó a naranja el riesgo en la Cordillera de Cushamen, por lluvias entre los 30 y 60 mm.

La cordillera del sur de Neuquén y de Río Negro será afectada por nevadas de variada intensidad desde la madrugada, que pueden provocar entre 10 y 25 cm de nieve acumulada, por lo que también hay alerta de nivel amarillo por este fenómeno.

EL SMN también emitió un alerta amarillo por fuertes vientos para todo el sur y sudeste de la provincia de Buenos Aires. En Mar del Plata, se registran vientos de hasta 75 kilómetros por hora.

El Sistema Nacional de Gestión Integral de Riesgos (Sinagir) ante este panorama recomendó por la presencia de viento zonda cerrar por completo el lugar para evitar la entrada de aire seco y caliente del exterior.

Tratar de aumentar la humedad del ambiente de manera artificial, rociando el piso y/o las paredes. Evitar realizar esfuerzos físicos. Reducír al mínimo la permanencia en el exterior y evitar exponerte al sol.

También evitar la inhalación de polvo suspendido en el aire y protegerse los ojos. No tocar cables eléctricos y mantenerse alejado de zonas arboladas. Evitar el uso de materiales inflamables y elementos que puedan provocar chispas o fuegos ya que, durante la ocurrencia del viento, la sequedad del ambiente eleva considerablemente la posibilidad de incendios.