Alejandro Gabriel Amitrano asesinó a golpes a su hija, que aún no había cumplido un año, en 1999. Se lo detuvo en 2014 en Gualeguachú, Entre Ríos. Por el hecho, ocurrido en Mendoza, fue condenado a prisión perpetua en nuestra provincia.

El crimen causó conmoción en Mendoza. Amitrano, desde que fue condenado, había pedido el beneficio de ser trasladado a San Luis, donde vive su familia, para poder recibir sus visitas en la cárcel.

En 2019, la jueza Mariana Gardey, que está a cargo de la Justicia de Ejecución Penal de Mendoza, le otorgó el traslado y Amitrano transita su condena en la cárcel de máxima seguridad de Pampas de las Salinas, que está ubicada a 250 kilómetros de Villa Mercedes. Entre las visitas que recibe se encuentra su segunda esposa, Juana Godoy, con quien tiene una hija de 7 años.

La justicia mendocina lo condenó en 2014 por el crimen de Rosario Belén Amitrano, su hija de menos de un año, que murió por los golpes que le propinó en 1999.