"Mi abuela era lo más", dice emocionado Juan Ignacio Toujas. Llora el joven de 23 años cada vez que habla de su "abu" Marta Elizabeth Lombardo, una de las 15 víctimas fatales del accidente en Tucumán. "Me enseñó a tomar mates, me regaló mi primer auto... Hacía de todo para que a su hijo y sus nietos no les faltara nada", asegura con la voz entrecortada.

Marta no pensaba subirse al micro que este lunes volcó cerca de la localidad tucumana de La Madrid. Ya conocía las Termas de Río Hondo, el destino final del fatídico viaje, pero de todas maneras se sumó al grupo de jubilados por la insistencia de su amiga Elsa, que también falleció en el accidente.

"En un principio ella no iba a viajar porque ya conocía las Termas. Pero su amiga le comentó que había dos lugares y como a ella le había gustado mucho el lugar, le pintó ir otra vez", cuenta Juan Ignacio, antes de lanzar una reflexión con tono a lamento: "Es como dice siempre mi papá: cuando te tiene que tocar, te toca. Era ese día y ese viaje".

Marta era jubilada y vivía en Ciudad. Fue durante años vendedora en una reconocida empresa que comercializa materiales de construcción y, según Juan Ignacio, "le costó mucho dejar de trabajar".

En medio del dolor y la impotencia que siente por este duro golpe, el joven mantiene vivo el recuerdo de su abuela. Motivos hay de sobra: "El viernes pasado fuimos al centro a comprar mi regalo de cumpleaños y alguien que la conocía de sus años trabajando en Samaco la saludó. Se pusieron a charlar y antes de despedirse el hombre me dijo: "De eso te tenés que contagiar, de la sonrisa y la alegría que siempre tiene tu abuela"", relató Toujas.

El padre del joven viajó a Tucumán para reconocer y recuperar el cuerpo de Marta. "Mi papá no la pudo ver porque le recomendaron que no era bueno. La reconoció por fotos", indicó el joven, aún conmovido. "Esto que pasó tiene que movilizarnos a todos, tomar conciencia también de lo que son las rutas en nuestro país", concluyó.

Fuente: El Sol