Xi Jinping llegó para la firma del ingreso de la potencia italiana a la Ruta de la Seda, una gigantesca y multimillonaria operación de invesiones que facilitarán el comercio de la potencia asiática y su influencia política en el mundo. Julio Algañaraz
A Roma llegó el presidente chino Xi Jinping y entró en su momento incandescente la batalla geopolítica feroz lanzada por Estados Unidos para frenar a China e imponer a Italia que no firme o diluya el acuerdo por la Nueva Ruta de la Seda, que convertiría en grandes pivotes por mar y ferrovías a los puertos de Trieste y Génova. El gobierno de Roma es el único miembro del Grupo de los Siete, las grandes potencias capitalistas, que comparte con EEUU, Japón, Alemania, Francia, Gran Bretaña y Canadá, que se atreve a suscribir un pacto con los chinos para entrar en el gigantesco proyecto de un billón de euros.
De la iniciativa, en la que ya participan 64 países, Beijing lleva adelante un plan de inversiones fantásticas para crear líneas de comunicaciones e infraestructuras de todo tipo que faciliten los intercambios de China con el mundo.
El objetivo final es hacer tan potente al país de Han, con 1.400 millones de habitantes, que lo convierta antes de 2050 en la primera superpotencia mundial. Esta es la perspectiva que Donald Trump quiere evitar o al menos retrasar.
Xi Jinping llegó a Roma con 500 personas de séquito, entre empresarios, periodistas, personal de seguridad y domésticos, junto con su esposa, la famosa ex cantante Pen Liyuan que aporta otros 200 seguidores.
El centro de Roma quedó paralizado por las medidas de seguridad para garantizar los movimientos del líder comunista que ha acumulado tanto poder como Mao Tse Tung, fundador de la República Popular, y tiene un mandato de gobernar por el resto de su vida que le dió hace un año el 19 Congreso del partido único.
El presidente se entrevistó por la mañana con el jefe del Estado italiano, que apoya la iniciativa, pero le reclama a los chinos “transparencia”.
Estados Unidos y la Unión Europea coinciden en criticar a Italia porque consideran que lo de China es una invasión. Extraño, porque las inversiones de Beijing en Gran Bretaña Alemania y Francia son mucho mayores que en la península. Trump sostiene que China quiere apoderarse de Italia, un país estratégico pero endeudado, debil. La Unión Europea afirma que la negociación global de la Nueva Ruta de la Seda, debe ser llevada a cabo en el marco general de las normas de Europa y ningún país puede cortarse solo.
El primer ministro Giuseppe Conte, que respalda la asocación con -China AFP
Sin embargo, el documento de participación en la Nueva Ruta de la Seda ya lo firmaron varios países de la Unión Europea. En primer lugar Portugal, pero también Polonia, Hungría y Grecia.
Los norteamericanos temen la penetración china en Europa, a la que Washington ha maltratado tanto desde que Trump asumió el poder. El 29 y 30 de este mes, además, dos ministros de EEUU viajarán a Pekín a negociar el arreglo para poner fin de la guerra comercial y por supuesto no han consultado a ningún aliado.
La actividad del día del presidente chino, tras el encuentro con Mattarella, ha sido en parte protocoloar, con visitas y saludos a los principales personajes institucionales. También dio la mano y conversó con decenas de empresarios, ansiosos de hacer negocios.
Por la noche habrá en el Palacio del Quirinal una cena en la que el presidente Mattarella agasajará a Xi Jinping y señora. Es muy significativo que el hombre fuerte del régimen, el campeón de los soberanistas europeos de ultraderecha, Matteo Salvini, no participará del ágape.
Salvini, un hombre devoto del líder ruso Vladimir Putin, que financia y apoya a todos los partidos ultraderechistas europeos para descalabrar a la Unión Europea, tiene que hacer equilibrios y el soberanismo se le aflojó esta vez ante las presiones de Trump. El norteamericano envió a su embajador en Roma a hablar con todos los protagonistas del gobierno sonriéndoles y amenazándolos si enfrentan la estrategia antichina de Washington.
El ultraderechista vicepriemier Matteo Salvini, en contra del acuerdo con China Ansa
Salvini cedió. Dijo que “primero está la seguridad”. El primer ministro Giuseppe Conte y su mentor, el líder del Movimiento 5 Estrellas Luigi Di Maio, son los que, en cambio, fueron adelante con la firma del protocolo de la Nueva Ruta de la Seda. Pero Di Maio debió tirar el freno de mano y aceptó incluir muchos condicionamientos que le exigían los norteamericanos para evitar un conflicto abierto.
Este sábado por la mañana se firmará el documento principal pero también otros quince acuerdos, en los que participarán empresas de los dos países. Italia quiere aumentar sus exportaciones, que fueron de 13,300 millones de euros en 2018, mientras que los chinos les enviaron de todo por 30 mil millones. Roma necesita poner en marcha su economía estancada, con un magro pronóstico de crecimiento del 0,1% este año.