Kamala Harris, una senadora de 54 años hija de padre jamaiquino y madre india que ganó su banca por primera vez en 2016, se lanzó hoy como precandidata presidencial por el Partido Demócrata para las elecciones estadounidenses de 2020 y sumó un nuevo nombre a una interna muy peleada y sin líderes claros.
En los últimos dos años, Harris se convirtió en una de las voces más fuertes y articuladas dentro del Senado contra el gobierno de Donald Trump y la mayoría republicana.
Fue una de las cuestionó con más perseverancia, información y convicción a todos y cada uno de los funcionarios nominados por Trump.
A diferencia de algunos de sus correligionarios, Harris se saltó la comisión exploratoria y anunció directamente su precandidatura.
No fue una decisión espontánea.
Hace meses viene coqueteando con esa idea en programas de televisión y apariciones públicas, y hoy finalmente eligió el feriado en conmemoración del líder del movimiento de derechos civiles Martin Luther King Jr para hacer el anuncio.
En diálogo con ABC, adelantó que el próximo domingo hará una fiesta de lanzamiento de campaña en Oakland, en California, el estado que representa.
Sin embargo, la base de su campaña será en Baltimore, una ciudad cercana a la capital, donde Harris vive y trabaja desde hace dos años.
Pese al amplio rechazo que generó Trump en su primera mitad de mandato presidencial entre el electorado tradicionalmente demócrata e independiente, el Partido Demócrata está sumido en una crisis de legitimidad y representatividad inocultable, sin ningún liderazgo claro en el horizonte.
En las últimas semanas, la senadora neoyorquina de 52 años Kristen Gillibrand y el secretario de Vivienda de Barack Obama y ex alcalde latino de Texas, Julián Castro, también anunciaron sus precandidaturas presidenciales y en los próximos meses se espera que la veterana senadora Elizabeth Warren y otros tres senadores demócratas se definan.
Pero la mayor expectativa hoy la concentran dos veteranos dirigentes: el ex vicepresidente de Obama, Joe Biden, y el ex precandidato presidencial, Bernie Sanders.
Los dos han dicho que están analizando lanzarse, pero ninguno lo confirmó aún.
La primaria presidencial demócrata promete ser diversa y muy competitiva, con un resultado completamente abierto e imposible de pronosticar.
En el Partido Republicano, en tanto, no está claro si los detractores declarados que acumuló en los últimos tres años intentarán disputarle el liderazgo y la candidatura de cara a las elecciones generales de noviembre de 2020.