La tarde del lunes, en el centro de la Franja de Gaza, se registró un trágico suceso donde al menos 21 soldados israelíes perdieron la vida tras el derrumbe de dos edificios por explosivos, marcando el incidente más mortal para las tropas desde el inicio de la ofensiva terrestre en octubre pasado.

El portavoz del Ejército, Daniel Hagari, informó que "alrededor de las cuatro de la tarde los terroristas dispararon un RPG contra un tanque que protegía a las fuerzas y al mismo tiempo se produjo una explosión en dos edificios de dos pisos". Se está investigando si la explosión fue resultado de minas colocadas por las propias tropas.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, expresó en un comunicado que "ayer fue uno de los días más difíciles desde el inicio de la guerra" y compartió el dolor de las familias de los "heroicos guerreros". El presidente Isaac Herzog lamentó las pérdidas y reconoció la dura realidad que enfrentan las tropas en el conflicto.

El ministro de Defensa, Yoav Gallant, afirmó que, a pesar del dolor, la guerra debe continuar, declarando: "Esta es una guerra que determinará el futuro de Israel durante las próximas décadas". La identidad de 17 de los soldados fallecidos se ha revelado hasta el momento, y el Ejército notificará a las familias restantes en las próximas horas.

Con este trágico episodio, el número total de bajas en las filas israelíes asciende a 219 desde el inicio de la ofensiva terrestre, y se contabilizan alrededor de 330 considerando las víctimas del brutal ataque de Hamás el 7 de octubre en suelo israelí.