Se abordó "el camino para una reconciliación dentro del pueblo palestino, así como de los esfuerzos para reanudar el proceso de paz entre Israel y los palestinos y de lograr la solución de dos Estados", informó en una nota el Vaticano.
Durante las "cordiales conversaciones", se destacó también "el papel positivo de los cristianos en la sociedad palestina" y "se prestó especial atención al estado de Jerusalén, destacando la importancia de reconocer y preservar su identidad y el valor universal de la Ciudad Santa para las tres religiones", subraya el comunicado.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, considera que el reconocimiento por Estados Unidos de Jerusalén como capital de Israel, el cierre de la oficina de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en Washington y el fin de la ayuda estadounidense a los refugiados palestinos ponen en dificultad la causa palestina.
Los líderes palestinos creen que la administración de Trump se decanta claramente a favor de Israel.
El papa conversó durante 20 minutos con el líder palestino en su biblioteca privada con la ayuda de un religioso traductor.
"No hablo árabe", reconoció el papa antes de iniciar el encuentro.
El pontífice y el presidente palestino abordaron otros conflictos que afectan a Medio Oriente y "la urgencia de alentar los caminos de la paz y el diálogo, con la contribución de las comunidades religiosas, para combatir todas las formas de extremismo y fundamentalismo", sostiene la nota.
Ya en la puerta, ante los periodistas presentes, Abas se despidió del pontífice con la frase "contamos con usted".
Sucesivamente Abas se reunió con el secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Gallagher.