Aún convaleciente de la herida que le provocó la puñalada que recibió en un acto de campaña, el 6 de septiembre pasado, Bolsonaro ya anunció que no concurriría esta noche al último debate de candidatos por televisión y tampoco apareció en el último spot publicitario de su Partido Social Liberal (PSL).

En el espacio gratuito de ocho segundos -asignado en relación proporcional con la representación de los partidos en el Congreso-, un locutor afirmó: "Mentiras, calumnias, persecución. Hasta intentaron quitarle la vida. Brasil encima de todo. Dios encima de todos."
"La urna no es lugar para depositar odio, sino para depositar esperanza", declaró Fernando Haddad, candidato del Partido de los Trabajadores (PT) y quien, según los sondeos, quedará el domingo en segundo lugar y competirá en la segunda vuelta del 28 de octubre con Bolsonaro.
Haddad, elegido por el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva para reemplazarlo como candidato después de que fuera inhabilitado por la Justicia por estar en prisión y condenado por corrupción, también presentó un mensaje del fundador y líder del PT, quien pidió al ciudadano que "levante la cabeza" y ayude a la "reconstrucción de la democracia".
Según la última encuesta de la firma Ibope, divulgada anoche, Haddad tiene una intención de voto de 23 por ciento, frente a 32 por ciento de Bolsonaro, mientras los restantes candidatos no reúnen más de 10 por ciento
Los sondeos, sin embargo, también le adjudican a Bolsonaro y Haddad los mayores índices de rechazo, (44 y 38 por ciento, respectivamente), por lo que gran parte de los analistas considera que una de las claves en la elección será el voto "anti" contra los principales favoritos.
En tanto, el laborista Ciro Gomes, tercero en los sondeos aunque lejos de los dos favoritos, afirmó que "hay quien dice que vota por Bolsonaro para que no gane el PT y quien dice que vota por el PT para que no gane Bolsonaro" y "así Brasil seguirá dividido" y en crisis.
"No vote contra nadie, vote a favor de Brasil", concluyó Gomes, quien fue ministro durante el gobierno de Lula y a quien las encuestas atribuyen 10 por ciento de la intención de voto.
También contra los dos favoritos se pronunció el socialdemócrata Geraldo Alckmin, cuarto en los sondeos con siete por ciento, pero que al igual que la mayoría fue mucho más incisivo con Bolsonaro, quien le arrebató el espectro ideológico de la centroderecha.
"Hay dos caminos: el de la intolerancia de los radicales o el del trabajo y la seriedad", manifestó Alckmin, quien contaba con cinco minutos de propaganda en televisión gracias a una coalición de una decena de partidos que lo fue abandonando durante la campaña para cerrar filas con Bolsonaro.
La campaña socialdemócrata también alertó sobre el "odio" y las "noticias falsas" que supuestamente transmiten el favorito y su equipo de campaña.