Reino Unido no cesa de mostrar su indignación pero los iraníes les acusan de haber comenzado la escalada de tensión diplomática. El 4 de julio los marines británicos de Gibraltar detenían el petrolero iraní "Grace 1", sospechoso de transportar petróleo a Siria.

En un tuit, el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Javad Zarif, dijo que Irán velaba por la seguridad en el Estrecho de Ormuz. Pero añadió que el Reino Unido debe dejar de ser cómplice de lo que llamó el "terrorismo económico" de Estados Unidos. Pese a todo, Teherán ha confirmado que los tripulantes del Stena Impero están bien.

"Nuestro país ha alcanzado tal orgullo y fuerza que puede responder a todos los actos de maldad que Gran Bretaña lleva a cabo en público", decía este joven. "Esto es motivo de orgullo para nosotros. Estamos orgullosos de ello."

Londres sopesa ahora cuál será su respuesta ante lo que considera un "camino peligroso y desestabilizador" por parte de Irán. El ministro de Exteriores del Reino Unido, Jeremy Hunt, comparecerá este lunes ante Parlamento para analizar las posibles sanciones por interferencia territorial en el Estrecho de Ormuz.