Kyriakos Mitsotakis tomó el cargo este lunes como primer ministro de Grecia después de que su partido, Nueva Democracia, ganase las elecciones este domingo con más de un 39% de los votos, 158 escaños, siete asientos más de los necesarios para obtener la mayoría absoluta en una cámara con 300 representantes. El partido conservador ha hecho campaña con un programa que apuesta por la bajada de impuestos pese al poco margen de maniobra que deja la situación fiscal del país.

Mitsotakis juró en el Palacio Presidencial ante la Biblia y el arzobispo de Atenas, Jerónimo II, retomando una ceremonia que Alexis Tsipras y todo su gabinete rechazaron en 2015. Tras la firma conjunta con el presidente del país, Prokopis Pavlópulos, el nuevo primer ministro, acompañado por su familia se dirigió a sus votantes: "El pueblo griego nos dio ayer un mandato muy claro para cambiar Grecia. Cumpliremos este mandato en su totalidad. A partir de hoy empezamos el trabajo duro. Tengo plena confianza en que podemos estar a la altura de las expectativas que se tienen de nosotros".

Después de tomar el cargo, Mitsotakis acudió a la casa del primer ministro, la que será su residencia, donde fue recibido por Alexis Tsipras, líder del partido progresista Syriza. Los resultados de la formación de Tsipras no han sido buenos, han conseguido 86 escaños. Desde el partido, sin embargo, consideran que se trata de un número "digerible" después de conocer los pronósticos de las encuestas. Mitsosakis afronta ahora una complicada legislatura en la que deberá conjugar promesas electorales como la reducción fiscal o la disminución del desempleo en más de 30000 personas en dos años, con la delicada situación del país.