Irlanda y el Reino Unido hicieron una pausa en su tensa relación por del Brexit para rechazar de forma conjunta el asesinato de la comunicadora cometido por el grupo disidente republicano Nuevo IRA.
Irlanda y el Reino Unido hicieron una pausa en su tensa relación signada por la aprobación del Brexit, para unirse en una posición común de rechazo a la violencia expresada durante el funeral de la periodista Lyra McKee, asesinada a tiros el jueves Santo en Derry por el grupo disidente republicano Nuevo IRA.
Cientos de personas despidieron este miércoles a la periodista irlandesa por las calles de su Belfast natal, de camino a la Catedral de Santa Ana de la capital de Irlanda del Norte, donde se celebró una misa a la que asistieron, entre otros, el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, y su colega británica, Theresa May.
También estuvieron presentes el presidente irlandés, Michael D. Higgins, el líder de la oposición británica, el laborista Jeremy Corbyn, y los principales dirigentes políticos norirlandeses, en señal de rechazo hacia la violencia por parte de las dos grandes comunidades de la región, la católica-nacionalista y la protestante unionista.
McKee, de 29 años, fue asesinada por disparos de un hombre enmascarado del grupo disidente Nuevo IRA -escisión del ya inactivo Ejército Republicano Irlandés (IRA) opuesta al proceso de paz-, mientras observaba los disturbios ocurridos en Derry en la noche del jueves pasado parada junto a una camioneta policial.