El presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, participó de un acto en el Senado por los 25 años de la reforma constitucional y sostuvo que "en momentos tan divisivos como los que atraviesa el país" la Constitución Nacional "se puede romper sin si necesidad de cambiarla".
Si bien no hizo referencias a ninguno de los planteos que en el último tiempo se escucharon sobre una posible reforma de la carta magna, el titular de la Corte sí hizo hincapié en la necesidad de "cuidar" la "cultura constitucional" en la coyuntura actual.
Rosenkrantz afirmó que la reforma de 1994 "contribuyó a fortalecer la cultura constitucional", pero aclaró: "No obstante, no debemos olvidar en momentos tan divisivos y confrontativos como los que atraviesa el país que la cultura constitucional es de enorme delicadeza y fragilidad, se rompe fácil, y que la Constitución se puede romper sin necesidad de cambiarla".
"La supervivencia de una cultura constitucional es costosa y difícil. Debemos trabajar para cuidarla siempre", sostuvo el presidente del máximo tribunal, durante el acto institucional que se llevó a cabo en el Salón Azul del Senado.
El magistrado fue el primer orador del evento que se celebró a modo de cierre de la conmemoración que desde hace varias semanas lleva adelante el Congreso sobre los 25 años de la reforma de la Constitución Nacional de 1994.
Al respecto, Rosenkrantz evaluó que "la reforma del 94 fue muy exitosa" porque "se hizo guiada por la convicción de la importancia de lo que hasta ese momento se había logrado y convencidos de expresar más y mejor el compromiso con la democracia".
El juez señaló que "la Constitución hace que una comunidad pase del reino del poder al reino de las reglas, por eso es el primer paso hacia el Estado del derecho" y sostuvo que "además, es el modo de consagración de una comunidad política".
"Sin Constitución solo somos individuos con proximidad geográfica. La Constitución nos convierte a todos en un sujeto colectivo. El efecto que se logra es el de una identidad común", agregó el magistrado.