Milei considera que debe seguir apretando el torniquete para demostrar esta vez sí a los acreedores que la Argentina endereza su balanza de pagos
"Marzo y Abril serán los meses más duros", dice el presidente Javier Milei. No aclara si es porque la disparada de precios continuará, o porque comenzará a impactar en el empleo el durísimo ajuste que viene aplicando. La caída en la industria y la construcción se agudizó en febrero, y profundizará la caída de los puestos laborales, en una economía donde casi la mitad de la gente trabaja en negro.
El impacto más feroz del ajuste se refleja en los avatares de la clase media para llegar a fin de mes sin endeudarse. No hubo nada más que tarifazos para el sector más dinámico de la sociedad. Los más pobres al menos vieron duplicadas la asignación por hijo y la tarjeta Alimentar.
Una familia tipo de clase media ya necesita más de un millón de pesos para afrontar sus gastos. No hay casi empleos que paguen esa suma. Apenas bancarios, aceiteros, algunas compañías de energía, y nada más.
Milei considera que debe seguir apretando el torniquete para demostrar esta vez sí a los acreedores que la Argentina endereza su balanza de pagos. El ministro de Economía, Luis Caputo, acaba de ratificar que el ancla del programa económico seguirá siendo fiscal. Transmitió ese mensaje en la cumbre del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en Punta Cana. Quiere que el mensaje llegue fuerte al Tesoro norteamericano. No es un secreto que a la administración de Joe Biden le cayó mal el efusivo abrazo de Milei con Donald Trump en el marco de una cumbre conservadora. Ahora Caputo aspira a que ese episodio quede rápido en el olvido.
Fondos de inversión le siguen haciendo llegar mensajes conciliatorios y alabando el esfuerzo fiscal del gobierno. Desde este mes, del otro lado de la mesa Caputo tendrá al exministro/candidato Sergio Massa. Lo contrató como lobista el fondo Greylock Capital Management. Dicen que firmó un acuerdo por el cual la Argentina no estará entre los destinatarios de su lobby. Pero su contratación no dejó de causar especulaciones en el siempre desconfiado mundo de los negocios financieros.
Caputo sabe que se viene una dura negociación con las provincias, sedientas de fondos y con sus ingresos brutos en caída como consecuencia de la recesión. Milei les pide que ajuste e imiten a la Nación recortando gastos superfluos. El Presidente hace hincapié en los recitales, pero le apunta a erogaciones muchos más fuertes y viscosas que los gobernadores autorizan y no siempre tienen claro cuál es el objetivo. Milei cree que los estados contables de las provincias son muy opacos, y que los mandatarios provinciales deberán acostumbrarse a rendir cuentas, algo que no hicieron en 40 años de democracia porque algunos distritos se convirtieron en "feudos" familiares.
En medio de esos cruces deberán navegar el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, y el ministro del interior, Guillermo Francos. Dicen que Francos quedó golpeado por la infructuosa negociación que llevó a cabo para tratar de que se vote la ley ómnibus. El jefe de la cartera de Interior fue varias veces desautorizado en esos vaivenes de la política. No quiere que le pase lo mismo ahora. Por eso se mantiene alineado con Posse y Caputo. Los gobernadores se sienten más cómodos con Francos, porque dicen que habla su mismo lenguaje político. Pero la billetera la maneja Caputo, con total aval de Milei, quien valora que su ministro haya logrado poner las cuentas en orden tan rápidamente.
En febrero no le fue tan bien, ya que hubo déficit financiero. Ahora va por la revancha en marzo. Sabe que el problema son los intereses de la deuda. Por esa razón acaba de sorprender al mercado lanzando un canje de deuda que roza los 55 billones de pesos. Busca patear la mayoría de los vencimientos que quedan de este año. Sabe que cuando las papas quemen en la negociación con los gobernadores, deberá abrir al menos parcialmente la billetera.
"Tras una semana muy intensa en el mercado, Caputo sorprendió a los inversores con un anuncio de un canje de deuda en pesos a realizarse esta semana. Se emiten papeles canjeables por 54 billones de pesos, equivalentes a 54 mil millones de dólares al tipo de cambio libre. Se espera que el canje tenga un resultado positivo con una aceptación mínima cercana al 60% y máxima en torno al 90%.
En la City dan por seguro que el canje tendrá éxito. "La banca seguirá acompañando al "Toto" Caputo. Cree que junto con Santiago Bausili en el BCRA lograron encontrar la sintonía que gestiones anteriores no tuvieron", señala un operador financiero que conoce al detalle el humor de los banqueros. Habrá que ver hasta dónde aceptan estirar los pagos de deuda.
Para Caputo la jugada encierra desafíos y riesgos. Sería el primer canje de deuda de la era Milei. Anteriormente, Massa intentó avanzar en una medida similar, pero sólo consiguió estirar parcialmente los plazos de los vencimientos hasta 2026.
Por esta operación, el Tesoro busca captar los instrumentos en pesos que vencían este año y otorgar a cambio una canasta compuesta por cuatro nuevos títulos CER, que vencerán entre 2025 y 2028. La idea es despejar vencimientos de capital e intereses de este año para hacer más alcanzable la reducción del déficit financiero ante un escenario con fuertes vencimientos de deuda.
Como casi siempre, juega a favor que el sector público posee el 72% de los bonos que entran en este canje. Con esta jugada, cerca de Caputo destacan que además de despejar los vencimientos de este año, asegurarán la no emisión de pesos por parte del BCRA y aplanarán el camino para alcanzar superávit financiero para este año. Para el ministro de Economía es central garantizar una colocación exitosa. Cree que para el próximo desafío ya estará firmado el capítulo fiscal del Pacto de Mayo.
Analistas financieros de al menos dos bancos pidieron conocer con más detalle un instrumento que pretende aplicar Economía para correr del centro de la escena a los bonos dollar linked y duales. Esa duda demuestra que el sistema financiero aún le deja la puerta abierta a una nueva devaluación.
No es el único frente abierto para el jefe del Palacio de Hacienda. Caputo está preocupado porque considera que hubo remarcaciones excesivas por parte de las alimenticias y los fabricantes de artículos de limpieza y tocador.
Ya lo habló con el sector industrial, y este lunes repitió sus dudas ante los supermercadistas. Les dijo que como consecuencia de esas actitudes la inflación no baja todo lo que debiera teniendo en cuenta el esfuerzo fiscal del gobierno.
"Nosotros cumplimos a rajatabla el programa de equilibrio fiscal y recomposición del balance del Banco Central. Pero hay una suba desmedida de precios, de la que toda la cadena es responsable", señaló el ministro.
Les dijo a los empresarios que en la Argentina existe una "nueva realidad económica" y les pidió acompañamiento. Los supermercadistas respondieron que algunas listas de precios empezaron a ceder, y que eso se traducirá en precios más calmos en las próximas semanas. El gobierno detectó que esas rebajas se están dando ahora vía ofertas por las que se descuenta hasta el 80 por ciento en la segunda unidad. Eso quiere decir que los precios por unidad podrían bajar casi 40%. Milei quiere que esa disminución real se produzca, para que el INDEC las detecte y pueda verse reflejada en el IPC.
Otra vez se repite la escena en la que un gobierno le habla con el corazón al poder económico. Habrá que ver si, como siempre ocurrió en episodios pasados, quienes manejan los hilos del dinero vuelven a responder con el bolsillo, o dan un respiro para que las familias puedan llegar en mejores condiciones a fin de mes. (IProfesional)