La medida se adoptó para tener un control más fidedigno de los movimientos que hace el producto.
Todos los tambores con miel deberán cumplir, desde la cosecha 2019-2020, con los movimientos trazados desde su origen en sala de extracción y a lo largo de la cadena apícola.
La medida se adoptó ante la necesidad de "avanzar en el ordenamiento de envases metálicos para miel y generar la trazabilidad desde la colmena".
Desde la próxima cosecha sólo se podrá comercializar la miel en tambores que cumplan las especificaciones dispuestas en la Resolución del Senasa E-5/2018, informó la Secretaría de Agroindustria.
Los establecimientos exportadores tienen hasta el 1° de septiembre para incorporar el stock de miel en depósito al SITA; y a partir de esa fecha no se podrá declarar la trazabilidad de la miel en la última etapa de la cadena.
Como medida de excepción, los productores apícolas que aún posean tambores fabricados/reacondicionados con miel de la cosecha 2018-2019 o tambores vacíos en condiciones de ser utilizados, podrán solicitar etiquetas al Senasa para ser incorporados al SITA desde la sala de extracción.
Esta medida promueve la trazabilidad desde la colmena a través de la carga de información en los sistemas mencionados, como son la identificación del apiario, la fecha de cosecha, los lotes producidos y sus movimientos hasta su exportación final.