Vélez Sarsfield no pudo pasar del empate sin goles ante un Boca Juniors que llegó cansado a Liniers tras el trabajoso triunfo del jueves contra Atlético Paranaense por Copa Libertadores.
Y tal vez eso fue lo más llamativo de la noche de Liniers, porque en lo futbolístico el partido dejó atrás las expectativas y si bien el que estuvo más cerca de la victoria fue Vélez, el encuentro se desarrolló dentro de un nivel muy flojo de ambos equipos.
Claro que para que Vélez no jugara, la responsabilidad fue del planteo defensivo dispuesto por Gustavo Alfaro, muy al estilo del técnico que trabajó toda su carrera.
La pared lineal conformada por Iván Marcone, Nicolás Capaldo y Nahitan Nández fue difícil de escalar para los volantes locales en el primer tiempo, mientras que la defensa "xeneize" también se mostró muy sólida durante esos 45 minutos iniciales.
E inclusive durante la media hora inicial del segundo período las alternativas no variaron demasiado, convirtiendo al desarrollo en las casi tres cuartas partes de su contenido en un negocio bastante redondo para Boca, considerando que el próximo miércoles en la Bombonera, desde las 21.10, debería contar con mejores opciones como para pasar de ronda.
Claro que para eso Boca deberá cambiar diametralmente el formato con el que encarará ese encuentro, porque tendrá que atacar para llegar al arco de Lucas Hoyos, que hoy prácticamente no conoció.
El que sí terminó conociendo la valla rival fue Vélez, pero recién en el cuarto de hora final del partido, cuando los "xeneizes" sucumbieron ante la presión de los velezanos, que impelidos por la necesidad de salir gananciosos en la ida como locales, se lanzaron masivamente sobre el campo de un Boca, que parecía haber sentido el desgaste de entre semana por Copa Libertadores ante Atlético Paranaense.
Y en esos 15 minutos finales los dirigidos por Gabriel Heinze generaron cuatro situaciones claras como para llevarse el triunfo que, por apretado margen, hubiesen merecido.
Sin embargo, por tres veces Esteban Andrada impidió que llegara el tanto local con magníficas atajadas y el travesaño también le impidió el grito a Nicolás Domínguez.
Ese tramo del partido fue lo más emotivo de la noche de Liniers, dejando de lado el público local por un momento la obsesión por castigar a Zárate desde los denuestos para empujar a los suyos, a los que veían muy cerca del triunfo.
Sin embargo, este éxito nunca llegó porque Andrada terminó siendo clave en un momento definitorio y por ende se transformó en la figura del encuentro, y porque Vélez no estuvo tan fino como para doblegar a quien hoy tiene todos los boletos para convertirse en el guardavallas titular del seleccionado argentino en la próxima Copa América.
Ahora Boca tendrá un día más de recuperación como todos los equipos que jugaron este domingo (Argentinos Juniors y Gimnasia y Esgrima La Plata también empataron 0 a 0), contra tres de los que lo hicieron ayer (River, que cayó por 3 a 0 con Atlético Tucumán, y Racing, que sufrió lo propio, pero por 2 a 0, ante Tigre), ya que las revanchas irán el próximo jueves, cuando inicialmente iban a hacerlo el miércoles. Los que se enfrentaron el sábado se verán las caras nuevamente el martes.