Un emotivo detalle salió a la luz tras la muerte del papa Francisco: eligió como lugar de descanso final la Basílica Papal de Santa María la Mayor, a tan solo cien metros de la Embajada Argentina ante la Santa Sede. La decisión estaría motivada por su profundo amor por la Argentina, el país donde nació y al que siempre llevó en el corazón.

Ubicada en la Plaza di Santa Maria Maggiore, esta basílica es uno de los templos más importantes del catolicismo dedicados a la Virgen María. Su cercanía con la Plaza dell'Esquilino, donde se encuentra la sede diplomática argentina, fue interpretada como un gesto simbólico del Sumo Pontífice para mantener un lazo espiritual con su tierra natal, aun después de su muerte.

Este detalle conmovió profundamente a los argentinos, que desde el lunes lo despiden con dolor, respeto y gratitud por su legado.

La basílica elegida por Francisco destaca por su majestuosidad. Posee un campanario de 75 metros de altura, mosaicos bizantinos del siglo V, columnas romanas originales y un techo decorado con el primer oro traído de América. Es un lugar cargado de historia y devoción, que el Papa solía visitar con frecuencia antes y durante su pontificado.

Su elección final revaloriza aún más el vínculo espiritual que mantuvo con su patria y su pueblo hasta el último día.