La procesión recorrió la plaza de Santa Marta y la plaza de los Protomártires Romanos, cruzando el Arco de las Campanas antes de ingresar a la basílica por la puerta central.
Este miércoles, el féretro del papa Francisco fue trasladado desde la capilla de la residencia Casa Santa Marta hasta la Basílica de San Pedro en una procesión solemne encabezada por el camarlengo Kevin Joseph Farrell, encargado de coordinar el funeral y el próximo cónclave.
La procesión recorrió la plaza de Santa Marta y la plaza de los Protomártires Romanos, cruzando el Arco de las Campanas antes de ingresar a la basílica por la puerta central. Allí, el ataúd fue colocado frente al altar mayor, sobre la tumba de San Pedro, en el altar de la confesión, uno de los espacios más sagrados del Vaticano.
Durante el acto, los cardenales presentes se acercaron en parejas al féretro para rendir homenaje al pontífice argentino. Mientras tanto, miles de fieles se congregaban en la plaza de San Pedro, a la espera de poder ingresar al templo a partir de las 11:00 (hora local) para despedirse de Francisco.
En línea con su deseo de austeridad, el papa dispuso que su cuerpo repose en un ataúd de madera sencillo, eliminando la antigua tradición de utilizar tres ataúdes (de ciprés, plomo y roble). Esta decisión es coherente con su voluntad de simplificar los rituales papales.
La ceremonia marcó el inicio de las jornadas de despedida al primer Papa argentino, que será recordado por su compromiso con la humildad, la fraternidad y la reforma de la Iglesia.