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Cine y series Efemérides del 6 de marzo

Siempre presente, Buonarroti es motivo para celebrar el Día del Escultor

Cada 6 de marzo, se celebra el Día Internacional del Escultor, recordando la fecha de nacimiento del escultor, pintor y arquitecto Miguel Ángel Buonarroti.

Martes, 5 de Marzo de 2019
Miguel Ángel Buonarroti fue arquitecto, pintor, escultor y poeta. Nació 6 de marzo de 1475 en el pueblo de Caprese. De esencia florentino mantuvo sus lazos con Florencia su arte y su cultura. La mayor parte de su madurez la pasó en Roma, trabajando en los encargos de los continuados papas. Su deseo fue ser enterrado en Florencia en la iglesia de Santa Crose y así fue después de su fallecimiento.

Conocido en español como Miguel Ángel, (Caprese, 6 de marzo de 1475 – Roma, 18 de febrero de 1564),  fue un arquitecto, escultor y pintor italiano renacentista, considerado uno de los más grandes artistas de la historia tanto por sus esculturas como por sus pinturas y obra arquitectónica.
Desarrolló su labor artística a lo largo de más de setenta años entre Florencia y Roma, que era donde vivían sus grandes mecenas, la familia Médicis de Florencia, y los diferentes papas romanos.
Fue el primer artista occidental del que se publicaron dos biografías en vida:
Le Vite de" più eccellenti pittori, scultori, ed architettori, de Giorgio Vasari, publicada en 1550 en su primera edición, en la cual fue el único artista vivo incluido.
Vita de Michelangelo Buonarroti, escrita en 1553 por Ascanio Condivi, pintor y discípulo de Miguel Ángel, que recoge los datos facilitados por el mismo Buonarroti.
Fue muy admirado por sus contemporáneos, que le llamaban el Divino. Benedetto Varchi, el 12 de febrero de 1560, le envió una carta en nombre de todos los florentinos diciéndole:
...toda esta ciudad desea sumisamente poderos ver y honraros tanto de cerca como de lejos... Vuestra Excelencia nos haría un gran favor si quisiera honrar con su presencia su patria.
Triunfó en todas las artes en las que trabajó, caracterizándose por su perfeccionismo. La escultura, según había declarado, era su predilecta y la primera a la que se dedicó; a continuación, la pintura, casi como una imposición por parte de Julio II, y que se concretó en una obra excepcional que magnifica la bóveda de la Capilla Sixtina; y ya en sus últimos años, realizó proyectos arquitectónicos