Australia, con un gigantesco espectáculo de fuegos artificiales en la bahía de Sídney, fue uno de los primeros países en dar vuelta a la página de un tumultuoso 2018 y recibir un nuevo año lleno de incertidumbres.
Poco después, China entró también en 2019, mientras que Europa aún deberá esperar unas horas. Con ocasión de su discurso de Año Nuevo, el presidente Xi Jinping prometió continuar con las reformas y abrir su país aún más al resto del mundo: "El ritmo de nuestras reformas va a continuar, y la puerta se va a abrir todavía más".
Para los festejos, Sídney, la ciudad más grande de Australia, se iluminó con el mayor espectáculo de fuegos artificiales que se haya celebrado hasta ahora en su emblemática bahía.
Una cantidad récord de artefactos pirotécnicos, así como colores y efectos inéditos, iluminaron durante 12 minutos el cielo ante un millón y medio de espectadores, con el célebre edificio de arquitectura futurista de la ópera al fondo.
Para conmemorar el año internacional de las lenguas indígenas, en 2019, la bahía de Sídney fue el escenario de ceremonias para celebrar las culturas aborígenes, con la proyección de animaciones en los pilares del Sydney Harbour Bridge.
Los japoneses acudieron a los templos para llamar al nuevo año, mientras en Saitama, al norte de Tokio, el boxeador estadounidense Floyd Mayweather ganó al joven campeón japonés de kickboxing Tenshin Nasukawa en un esperado combate-espectáculo.
En Yakarta, más de 500 parejas se dieron el "sí, quiero" durante una gigantesca boda colectiva. En la capital indonesia, como en la provincia de Banten, recientemente golpeada por un tsunami, se anularon las celebraciones por respeto a las víctimas.
Dos horas antes en Auckland, la capital económica de Nueva Zelanda, las doce campanadas de medianoche, anunciadas por una cuenta regresiva luminosa proyectada en la famosa Sky Tower, estuvieron marcadas por los fuegos artificiales lanzados desde la parte alta de esta torre de televisión.