Investigadores estadounidenses demostraron que la goma de mascar evitaba que un virus pseudotipado (un virus inofensivo con la proteína de pico SARS-CoV-2 en su superficie) infectara las células en el laboratorio.
Un reciente estudio publicado en la revista Molecular Therapy da cuenta de una goma de mascar experimental que podría reducir la propagación del coronavirus.
La evidencia muestra que las personas infectadas con SARS-CoV-2 tienen altos niveles de virus en la saliva, por lo que investigadores en los Estados Unidos querían investigar si un chicle especialmente diseñado podría reducir la cantidad de virus en la boca y, por lo tanto, reducir potencialmente su propagación.
El SARS-CoV-2 ingresa a las células humanas al adherirse a las proteínas ACE2, que se encuentran en la superficie de ciertas células de nuestro cuerpo.
Los investigadores produjeron una goma de mascar que contenía altos niveles de proteínas ACE2, producidas en plantas, con la idea de que las proteínas ACE2 en la goma de mascar podrían “atrapar” partículas de virus en la boca, minimizando la oportunidad que tienen de infectar nuestras células y propagarse a otra gente.
Para probar la efectividad de la goma de mascar, los investigadores tomaron muestras de saliva de pacientes con COVID-19 y mezclaron estas muestras con una forma en polvo de la goma de mascar. Descubrieron que la saliva tratada había reducido significativamente el número de partículas del virus del SARS-CoV-2 en comparación con las tratadas con un placebo (el mismo chicle pero sin la proteína ACE2).
Los investigadores también demostraron que la goma de mascar evitaba que un virus pseudotipado (un virus inofensivo con la proteína de pico SARS-CoV-2 en su superficie) infectara las células en el laboratorio. Tan solo 5 mg de goma de mascar se asoció con una entrada viral significativamente reducida en las células, mientras que 50 mg de goma de mascar redujeron la entrada viral en un 95 por ciento.
Esto sugiere que la goma de mascar ACE2 obstaculiza gravemente la capacidad de la proteína espiga del SARS-CoV-2 para infectar células.
Sin embargo, aunque los resultados parecen prometedores, hay razones por las que no podemos ver este chicle como un cambio en el juego pandémico por el momento. Primero, esta es una investigación en etapa temprana, lo que significa que los experimentos se llevaron a cabo en un laboratorio en condiciones controladas en lugar de con personas reales.
En segundo lugar, aunque la goma de mascar redujo significativamente la infección de un virus que portaba el pico de SARS-CoV-2, los investigadores no utilizaron el virus SARS-CoV-2 completo en sus experimentos.
En cuanto a si la goma de mascar sería eficaz en diferentes variantes de COVID, como Ómicron, los principios de la virología nos dan motivos para ser optimistas.
Los investigadores señalan que es probable que su uso principal sea reducir la propagación viral de personas con COVID-19 a otras, particularmente en entornos clínicos.