Tras el trágico accidente en el Aeropuerto Nacional Reagan, donde un avión de American Airlines y un helicóptero militar Blackhawk colisionaron en pleno vuelo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, responsabilizó a la tripulación del helicóptero y a la torre de control por el siniestro que dejó 67 víctimas fatales.

En un primer comunicado oficial, Trump expresó: "Que Dios bendiga sus almas. Gracias por el increíble trabajo de nuestros equipos de emergencia". Sin embargo, más tarde, a través de Truth Social, criticó la actuación de los involucrados: "El avión estaba en una aproximación perfecta y rutinaria. El helicóptero se dirigió directamente hacia él. Era una noche clara, las luces del avión estaban encendidas. ¿Por qué el helicóptero no subió ni bajó ni giró? ¿Por qué la torre de control no intervino? ¡¡¡NO ES BUENO!!!".

El secretario de Transporte, Sean Duffy, respaldó la postura del mandatario y aseguró que, según la información disponible, no hubo irregularidades en la aproximación del avión ni en la ruta del helicóptero. Asimismo, indicó que no se detectaron fallos en la comunicación con la torre de control.

Las investigaciones continúan para esclarecer las causas del trágico choque aéreo.