El Gobierno argentino estuvo cerca de alcanzar la meta de acumulación de reservas establecida por el FMI a fines de 2024, aunque el desvío fue menor al esperado. Este resultado se explica, en parte, por la ausencia de desembolsos por US$1000 millones correspondientes a las últimas revisiones del programa, las cuales quedaron pendientes. A su vez, el reciente anuncio de un préstamo por US$1000 millones de bancos privados refuerza la posición financiera del Banco Central mientras Luis Caputo negocia un nuevo acuerdo con el organismo.

Según Pablo Repetto, de Aurum, el BCRA acumuló alrededor de US$9200 millones en reservas, apenas por debajo del objetivo original de US$9700 millones, pero ajustado a los desembolsos faltantes del FMI. Además, el repo con cinco bancos privados, cuyo vencimiento supera el año, podría sumarse a las reservas netas y contribuir a mejorar la percepción de solvencia.

Aunque algunos analistas consideran estas medidas más simbólicas que estructurales, el repo también demuestra la capacidad del país de obtener financiamiento externo sin depender exclusivamente del FMI. Este respaldo será crucial para afrontar vencimientos de deuda externa por US$16.800 millones en 2025, además de preparar el terreno para eventuales reformas económicas y la apertura del cepo cambiario.

Finalmente, el Gobierno confía en un contexto político internacional favorable con la inminente asunción de Donald Trump en Estados Unidos, un aliado clave para futuras negociaciones con el FMI.