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Salud y nutrición Belleza

Qué son los exfoliantes químicos y para qué sirven

Cómo usar estos productos para renovar tu piel.

Martes, 30 de Agosto de 2022
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Exfoliar sirve para eliminar las células muertas y renovar la dermis. Conocer a fondo las necesidades de tu piel es la mejor manera de dar con los tratamientos adecuados para cuidarla, sobre todo cuando estamos hablando de métodos abrasivos con este.

Aunque una buena exfoliación tiene muchos beneficios, si no se hace correctamente puede generar inconvenientes. Este tratamiento cutáneo ayuda a limpiar y a renovar debido a que actúa directamente sobre las diferentes partes de la epidermis, que es la capa exterior de la piel y, por tanto, la que se ve más afectada por diversos factores, en especial los externos.

También permite que el resto de productos cosméticos que apliquemos a continuación puedan penetrar más a fondo, por lo que podrán desatar al máximo sus beneficios y ser más eficaces.

Existen dos tipos principales de exfoliantes: los físicos y los químicos. Los primeros son los que actúan mediante partículas de diferente grosor, que son las que eliminan la suciedad. También denominados mecánicos precisamente por la manera que tienen de actuar, son los que encontramos habitualmente en cremas, mascarillas o geles.

Debido a su nivel de exfoliación y a que es necesario “arrastrarlos” por la piel, son estupendos para quienes tienen problemas de sebo, pero pueden ser excesivos para dermis sensibles. Luego, dependiendo de la manera de aplicarlos, podemos extenderlos simplemente de las manos o ayudarnos de herramientas como los guantes, cepillos o esponjas exfoliantes.

Estos funcionan mediante ácidos naturales (siendo los más frecuentes el fenol y el ácido salicílico), que son los que disuelven los enlaces que forman las células muertas y hacen que se desprendan. Por ello actúan en menos tiempo y no es necesario que frotemos demasiado cuando los apliquemos. Son menos agresivos, ya que actúan respetando más la dermis, pero consiguiendo una perfecta limpieza.

Es la alternativa adecuada para todo tipo de dermis. Quizá las más grasas necesiten algo más fuerte y acudir con cierta frecuencia a los mecánicos, pero las sensibles o quienes padezcan problemas de dermatitis se verán beneficiadas por este método eficaz, aunque delicado.

Dentro de esta categoría existen diferentes clases, con características propias que las harán más adecuadas a unas clases de piel que a otras.

– AHA: está elaborado a través de ácidos alfahidróxidos, que se obtienen a través de sustancias naturales como leche, frutas, almendras o caña de azúcar. Algunos de los más relevantes son el ácido láctico (un excelente humectante, por lo que es el mejor para pieles secas), el málico (aumenta la firmeza y aporta luminosidad) y el cítrico (con ventajas antioxidantes).

Debido a que logran sanear el cutis y dejarlo suave, es el más adecuado para las dermis más sensibles y secas. Evitan la deshidratación, reducen el envejecimiento prematuro y curan las heridas causadas por los rayos directos del sol.

Sin embargo, no es conveniente tampoco abusar de ellos porque generan hipersensibilidad al este si lo usamos de forma prolongada. Por tanto, no te olvides de colocarte un protector solar potente si los estás usando.

– BHA: con sus ácidos betahidróxidos obtenidos de la corteza de sauce, se liberan los poros y se combate el acné, evitando también que se produzca. Cuenta con beneficios antibacterianos y antiinflamatorios que acaban con los granos, puntos negros, manchas e irritación. El más famoso es el ácido salicílico, que es el que más conviene a las pieles mixtas ya que nutre ligeramente sin aportar grasa al mismo tiempo que exfolia a la perfección.

Aunque en ningún momento estos cosméticos te aportarán una gran hidratación, a pesar de que su buena solubilidad en aceite logra que penetre en profundidad en la dermis. Por lo tanto, son más adecuados para las dermis grasas o con tendencia acneica, ya que logrará reducir la presencia del sebo sin irritarlas, y para quienes tengan problemas de pigmentación o quieran reducir las cicatrices o las manchas.

– PHA: provienen de la leche y del azúcar, que es de dónde se extraen los polihidroxiácidos que los forman. Como consecuencia de este origen, sus moléculas son bastante

grandes y actúan con gran eficacia en poco tiempo. Son aptos para dermis delicadas, ya que actúan reduciendo eczemas, inflamación y rojeces.

Son beneficiosos para pieles maduras porque aumentan la presencia de colágeno, lo que permite recuperar la flexibilidad perdida y, gracias a eso, aportarle firmeza al rostro.

A la hora de extenderlos, dependerá mucho del tipo de producto, por lo que debés fijarte las especificaciones de cada cosmético en concreto. Más allá de esto, conviene tener en cuenta una serie de pautas.

La principal es que solo lo uses sobre el cuerpo previamente limpio y que aproveches el momento posterior a la ducha, ya que la humedad hará que el tratamiento sea menos agresivo y que penetre mejor.

Después, fijarte en la frecuencia, ya que la constancia es clave. Pero, en el caso de los exfoliantes, un abuso del tratamiento podría deteriorar la barrera de protección natural de la piel.