En una ceremonia junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel y altos funcionarios, Milei pidió disculpas a la Policía Federal por "los años de escarnio" que enfrentaron, criticando a gobiernos anteriores por lo que denominó un "garantismo barbárico" que defendía a los delincuentes.
El presidente Javier Milei destacó el cambio hacia el "orden cívico" en seguridad pública, al que considera fundamental para recuperar la economía del país. En una ceremonia junto a la vicepresidenta Victoria Villarruel y altos funcionarios, Milei pidió disculpas a la Policía Federal por "los años de escarnio" que enfrentaron, criticando a gobiernos anteriores por lo que denominó un "garantismo barbárico" que defendía a los delincuentes y afectaba a las fuerzas de seguridad.
Durante su discurso, el mandatario cuestionó las políticas de seguridad de gestiones peronistas, afirmando que defendían a criminales y promovían un enfoque abolicionista, debilitando la función del Estado de proteger a la ciudadanía. Milei subrayó la necesidad de un "monopolio de la fuerza" como función indelegable del Estado y atribuyó a la "penetración de la izquierda" en instituciones y medios de comunicación la violencia en las calles.
Milei presentó tres pilares de su doctrina de seguridad: "El que las hace, las paga", "El orden público es sagrado", y "Los buenos son los de azul y los malos son quienes delinquen". Destacó logros recientes, como la eliminación de piquetes y avances en el combate contra el crimen en Rosario bajo la gestión de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
Finalmente, Milei subrayó que la seguridad es esencial para el desarrollo económico y reiteró que el Estado debe respaldar a la policía en su labor. En un gesto de reconocimiento, condecoró al subcomisario Guillermo Armentano, quien lo protegió durante su asunción presidencial, y otorgó premios a otros 16 efectivos de la fuerza.