Según fuentes de la investigación, la droga era vendida a dealers de manera mayorista, aunque en los últimos tiempos la vendían también directamente a consumidores particulares. Esto último hizo que el negocio se les vaya de las manos, porque los consumidores solían equivocarse de timbre en el portero eléctrico y le pedían la droga a los vecinos del edificio.

Las mujeres se manejaban por WhatsApp con los clientes y coordinaban la entrega. El cliente tocaba timbre y lo hacían subir hasta el palier y ahí realizaban la transacción. Pero en el último tiempo fue tanta la demanda que el movimiento en el edificio dejó de ser prolijo, y los vecinos comenzaron a darse cuenta lo que estaba sucediendo.

En los últimos fines de semana las mujeres se quedaron sin stock de las drogas y decidieron apagar sus teléfonos y descolgar el portero eléctrico de su departamento, lo que desató la ira de los consumidores, que comenzaron a tocar todos los timbres del edificio para poder contactar a las vendedoras.

Una de las vecinas informó que le pedían por favor que les avisara a las mujeres porque necesitaban comprar.

En el allanamiento se secuestraron 180 pastillas de éxtasis de diferentes formas como "Cup Cake", "Camioneta", "Honguito", "Máscara de Teatro" y "Osito". Además se secuestraron 200 gramos de flores de marihuana "Krispy", un tipo de cannabis alterada genéticamente y que es más potente. También se secuestró ketamina líquida y popper.

Además se incautaron jeringas, bolsas, frascos y balanzas que se utilizaban para el fraccionamiento de la droga.

Las detenidos, de nacionalidad peruana, quedaron a disposición del Juzgado Penal, Contravencional y Faltas Nro. 29, a cargo de la Doctora María Araceli Martínez.

El operativo lo realizó la Dirección de Lucha Contra el Tráfico y la Venta Ilegal de Drogas de la Policía de la Ciudad, junto con personal del Cuerpo de Investigaciones Judiciales, Área Investigaciones Complejas del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires.