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Se podrá detectar el Alzheimer 34 años antes

Científicos de la Johns Hopkins University han detectado cambios cerebrales biológicos y anatómicos relacionados con la enfermedad.

Miercoles, 22 de Mayo de 2019
El hecho de que más de 35 millones de personas en todo el mundo vivan actualmente con la enfermedad de Alzheimer ha llevado a algunos expertos a referirse a esta condición como una "epidemia mundial". Según las estimaciones, la prevalencia del alzhéimer se duplicará casi cada dos décadas.

La detección temprana de la enfermedad hace que sea más fácil planificar la atención adecuada y comenzar las intervenciones terapéuticas lo antes posible, lo que puede aliviar los síntomas.

Los investigadores están convencidos de que
el alzhéimer comienza muchos años antes del inicio de los síntomas. De hecho, investigaciones emergentes han sugerido que algunos mecanismos cerebrales relacionados con el alzhéimer comienzan al menos 10 años antes del diagnóstico.

Sin embargo, aún no está definido exactamente en qué momento se producen estos cambios. En un nuevo estudio, los investigadores se propusieron detectar "puntos de cambio" más precisos en la evolución de los biomarcadores del alzhéimer,
identificando cambios en la neuroquímica y anatomía del cerebro que ocurren décadas antes de que los individuos experimenten cualquier síntoma de la enfermedad de Alzheimer.

Laurent Younes, profesor y director del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Estadísticas en la Universidad Johns Hopkins en Baltimore (EE. UU.) explica sus conclusiones en el artículo que aparece en la revista
Frontiers in Aging Neuroscience.

Puntos de cambio

Para saber cuándo ocurren los cambios bioquímicos y anatómicos, los expertos revisaron los registros médicos de 290 personas con al menos 40 años de edad. Los científicos accedieron a los datos del proyecto BIOCARD, que tiene como objetivo descubrir predictores de deterioro cognitivo. La mayoría de los participantes del estudio tenían al menos un pariente de primer grado con alzhéimer, lo que aumentó considerablemente el riesgo de desarrollar esta afección.

Los investigadores tuvieron acceso a las muestras de líquido cefalorraquídeo y escáneres cerebrales de resonancia magnética de los participantes, que habían recopilado cada 2 años entre 1995 y 2013 como parte del
estudio BIOCARD.


Durante el mismo período, los científicos de BIOCARD realizaron cinco pruebas estándar cada año, examinando la memoria, el aprendizaje, la lectura y la atención de los participantes.

Al comienzo del nuevo estudio, el equipo consideró que todos los participantes eran "cognitivamente normales", pero al final del período de estudio,
81 participantes habían desarrollado la enfermedad de Alzheimer.

La clave: los niveles de tau

En los participantes que desarrollaron la enfermedad de Alzheimer, los investigadores encontraron signos de deterioro cognitivo entre 11 y 15 años antes de la aparición de cualquier síntoma. Estos signos sutiles fueron visibles a partir de pequeños cambios en los puntajes de las pruebas cognitivas, pero los participantes no mostraron ningún síntoma en ese momento. También encontraron niveles elevados de la proteína Tau, un biomarcador de la enfermedad de Alzheimer, en estos participantes. De hecho, detectaron niveles más altos de esta proteína hasta 34 años antes de la aparición de los primeros síntomas.

Además, los niveles de u
na versión modificada de la proteína tau llamada "p-tau" aumentaron 13 años antes de que aparecieran los síntomas visibles de deterioro cognitivo.

Finalmente, el equipo también utilizó algoritmos informáticos para rastrear los cambios cerebrales en los participantes a lo largo del tiempo. Los científicos asignaron números a diferentes partes del cerebro y encontraron que la velocidad a la que cambiaba el lóbulo temporal medial era ligeramente diferente en los participantes con alzhéimer.

El lóbulo temporal medial tiene una asociación con la memoria, y los científicos notaron los cambios en esta región del cerebro de 3 a 9 años antes de que los participantes se volvieran sintomáticos.

Michael I. Miller, coautor del trabajo, comenta: "Se pueden observar varias medidas bioquímicas y anatómicas que cambian hasta una década o más antes del inicio de los síntomas clínicos. El objetivo es encontrar la combinación correcta de marcadores que indiquen un mayor riesgo de deterioro cognitivo y usar esa herramienta para guiar las intervenciones futuras para ayudar a evitarlo".

Los expertos advierten que los cambios en el cerebro varían considerablemente de persona a persona y que la muestra del estudio era pequeña. Sin embargo, los resultados pueden conducir a mejores pruebas de diagnóstico, que podrían, a su vez, ofrecer mejores opciones de tratamiento.

"Nuestro estudio sugiere que es posible usar imágenes del cerebro y análisis del líquido cefalorraquídeo para evaluar el riesgo de enfermedad de Alzheimer al menos 10 años o más antes de que ocurran los síntomas más comunes, como un deterioro cognitivo leve", concluye Laurent Younes.