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Qué dice tu cociente intelectual de ti exactamente

Hace más de un siglo que se realizan para conocer la inteligencia y capacidades de los individuos, pero, ¿realmente ayudan a ello?

Sabado, 9 de Mayo de 2020
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La prueba del cociente (o coeficiente, aunque es menos correcto) intelectual es un clásico en muchos colegios para conocer las habilidades mentales de los estudiantes. Aunque los expertos no se ponen de acuerdo con su importancia, pues algunos consideran que el cerebro es muy complejo como para poder medirse la inteligencia con una simple prueba, otros aseguran que puede ser una buena predicción de las destrezas reales. ¿Tu CI es 120? ¿90? ¿Y, realmente esto sirve para algo?

Antes de nada, hay que remontarse un poco a su historia. La prueba del cociente intelectual comenzó con Alfred Binet a finales del siglo XIX. El ministro de educación francés le pidió, codo con codo con el investigador Theodore Simon, que elaboraran una prueba que permitiera distinguir a los niños con retraso mental de aquellos con inteligencia normal, pero "vagos". Elaboraron entonces un test de inteligencia que fue el origen de los actuales tests de cociente intelectual. Se trataba de una escala métrica que permitía evaluar la inteligencia de un niño según su edad y determinar si tiene o no una inteligencia "normal", en otras palabras: la puntuación del test, en combinación con la edad del niño, proporcionaban información sobre su desarrollo intelectual. Tuvo mucha popularidad en Europa y Estados Unidos.

Aunque Binet inventó el primer test de coeciente intelectual no consideraba que así se pudiera medir la inteligencia, sino algunas habilidades

Sin embargo, Binet siempre negó eso de test de inteligencia porque no los consideraba así, según explica el profesor Gavin Evans, de la Universidad de Londres, en una reciente entrevista en "BBC": "Creía que, más que eso, eran pruebas que mostraban una serie de habilidades específicas". Así pues, aunque no creyera que mostrasen una inteligencia total, sí que sus pruebas sirvieron para crear los cimientos de los test de coeciente intelectual que conocemos a día de hoy y estiman la brillantez del individuo en números.

¿Grupos étnicos más inteligentes que otros?

¿Qué pasó después? Como hemos señalado, la prueba adquirió popularidad en Estados Unidos, por lo que cruzó el Atlántico. El término "cociente intelectual" fue empleado por primera vez por el psicólogo William Stern en 1912. "Comenzó a creerse que la inteligencia era algo con lo que nacías y no había ninguna manera de modificarla o incrementarla y que dependía en parte del grupo étnico al que pertenecieses", cuenta Evans. En 1915, a los emigrantes que trataban de cruzar para vivir el sueño americano, se les hacían estas pruebas de inteligencia, "la población de los países nórdicos sacaba entonces más puntuación, y se les animaba a entrar en el país", cuenta el profesor. "Sin embargo, con el paso del tiempo la idea de los grupos étnicos fue defenestrándose, pues se descubrió que tenían mucho que ver con sus niveles educativos (así como los de sus padres) e incluso su nutrición. Los judíos asquenazís, por ejemplo, tenían puntuaciones muy bajas antes de la Segunda Guerra Mundial, y altas después", añade.

"La razón por la que unos grupos étnicos sacaban más puntuación que otra se debe a que las pruebas se basaban en inteligencia abstracta, la cual se desarrolla en los primeros años de vida. Si provienes de un grupo o familia en el que se te anima a leer o a resolver problemas desde pequeño, es probable que saques más puntuación", explica Evans. "Desgraciadamente, en muchos momentos de la historia los test han sido utilizados políticamente para condenar a determinados grupos".

la gente tiende a considerar los test del CI pruebas de inteligencia, cuando son más bien medidores de lógica abstracta

En 1916, ?el psicólogo Lewis Terman, de la Universidad de Stanford, revisó el test de Binet-Simon, y se modificó el nombre por Escala de Inteligencia Stanford-Binet. En la actualidad, este tipo de test va por su quinta edición y se encarga de medir el conocimiento, razonamiento cuantitativo, procesamiento visual-espacial, memoria de trabajo y razonamiento fluido. Aunque se ha revisado varias veces desde su creación, esta escala es la que se usa actualmente.

"Uno de los problemas principales de los test de CI es que la gente los tiende a considerar pruebas de inteligencia, cuando son más medidores de lógica abstracta", explica Evans. "Por ejemplo, a principios del siglo XX muchas mujeres solían tener resultados inferiores en esta clase de test que realizaban pruebas con puzzles u otras tareas a las que nunca se habían tenido que enfrentar antes. Hay otras formas de inteligencia, práctica, emocional... que no se pueden medir".

Eso no significa que se considere contrario a esta clase de pruebas: "Creo que son útiles para saber si una persona tiene habilidades matemáticas o científicas, pero no para medir la inteligencia, como generalmente se cree. Además, contrariamente a lo que se creía en el pasado, tu CI puede crecer si realizas estas pruebas a menudo y, en definitiva, practicas. Las condiciones ambientales y tu educación tienen mucho que ver con el coeciente intelectual, no es algo fijo", concluye.